Dicen que el power point nos hace estúpidos

Hace algunas semanas, me encontré con una noticia que me llamó la atención. Escrita por un tal Tomás Declòs y publicada por el periódico español El País en su edición del 20 de octubre. ¿El power point nos hace estúpidos? cuestionaba en su titulo, esto hizo que vinieran a mi mente más preguntas: ¿es en realidad es el power point o nosotros somos los que no lo sabemos utilizar?, ¿hasta dónde ha influenciado en nosotros la cultura del menor esfuerzo, que hay quienes exponen al power point como un enemigo del raciocinio?.

Me voy a permitir citar algunas partes del texto que les menciono:

"Interesa más la exhibición que la demostración y busca hipnotizar al público y limitar su capacidad de razonamiento". Se usan eslóganes, verbos en infinitivo... "Muchas veces se incorporan imágenes que no tienen nada que ver con lo que se está diciendo, simplemente como adorno o anestésico. La puesta en escena pide una sala oscurecida en la que la gente está atenta a la pantalla y consume 15 diapositivas en media hora. Cuando abandonas la sala, saturado de imágenes, prácticamente lo habrás olvidado".
Volteo a mi experiencia personal (escolar) y no me queda nada más que decir que estoy de acuerdo. Muchas veces creemos que este popular programa de presentaciones audiovisuales es un pretexto para tapar nuestra incompetencia como ponentes y saturamos la pantalla con imagenes y animaciones que le dan "realce" a nuestra exposición y anulan, casi por completo, la interacción, el cuestionamiento y el derecho de replica que deben tener los que presencian el espectáculo.

El texto continua diciendo:
"En muchas organizaciones quien usa una presentación en PowerPoint no se siente responsable de lo que dice. Considera que no le compromete porque él no lo ha creado". Es el mensaje institucional que el orador, simplemente, repite.
Este fragmento me hizo recordar aquellos trabajos escolares "en equipo" en los cuales, uno busca la información del tema a exponer en clase, otro arma la presentación y el último simplemente expone. A mi me toco ser algunas veces este último personaje, que presentaba ante el grupo de desinteresados estudiantes un discurso contaminado y saturado de imagenes en formato .gif, transiciones espectaculares entre diapositivas y finalizar con una frase que decía "gracias por su atención"-como si de verdad la hubiese tenido en algún momento-, en realidad yo solo podía decir eso y no ampliar o corregir la información porque "yo no lo hice", el profesor y los alumnos quedaban maravillados por el desborde de efectos visuales que hacían "más didáctica y significativa" aquella presentación.

En realidad me preocupa el uso-en esta modalidad- de este programa en el ámbito de la educación, tanto en docentes como en alumnos considero que anula, como lo comente antes, la interacción, el intercambio y el aprendizaje en general.

Entradas populares